Hoy pocos dudan de que la tecnología es un factor que marca y marcará el futuro de los países, cuya madurez digital ya está determinando su posición en el actual contexto internacional. Por esta razón, las decisiones y actuaciones llevadas a cabo durante estos años son críticas para lograr un lugar óptimo dentro del nuevo escenario que se está conformando.
En este sentido, gobiernos, instituciones y empresas sitúan a las TIC y la digitalización en un lugar preeminente dentro de sus políticas y estrategias de crecimiento y modernización. Sin embargo, y a pesar de la relevancia de las nuevas tecnologías y las enormes oportunidades que abren para el desarrollo laboral de nuestros jóvenes, existe una enorme carencia de profesionales con las capacidades digitales requeridas para cubrir esta gran demanda en el entorno empresarial. Pero a esta situación paradójica se añade un hecho que, desde mi punto de vista, la agrava aún más: la mínima presencia de las mujeres en el terreno de las STEM.
Las mujeres en el sector tecnológico
Algunos estudios, como los difundidos por el propio Ministerio de Educación, reflejan que en España solo un 25% de los estudiantes que deciden cursar grados de ciencias, ingenierías y tecnología son mujeres (porcentaje que en carreras como la de Informática se reduce a un 13%). Son cifras que disminuyen todavía más en el entorno de la Formación Profesional. Esto está agudizando la tendencia a la masculinización en estos sectores.
Pero ¿por qué este desinterés? ¿Cómo es posible que esto esté pasando en pleno siglo XXI en un ámbito tan moderno y dinámico? El mundo de la ciencia y la innovación es apasionante e ilusionante y, sin embargo, no estamos siendo capaces de despertar vocaciones entre nuestros jóvenes y, aún menos, entre las chicas. Tenemos la certeza de que el futuro se encuentra en la tecnología, y no podemos permitirnos que las mujeres se queden fuera de él o permanezcan en un segundo plano.
Estamos avanzando, pero debemos seguir trabajando para acercarnos a la tan ansiada paridad en el campo de las STEM
Bien es cierto que la industria tecnológica refleja, en gran parte, la realidad en la que vivimos. Sin embargo, es importante reseñar que este sector, y muy especialmente el segmento de las telecomunicaciones, ha sido pionero en tratar de revertir esta tendencia. Estamos avanzando poco a poco, pero debemos seguir trabajando con fuerza para acercarnos algo más a la tan ansiada paridad en el campo de las STEM.
Los motivos de la escasa presencia de mujeres en los ámbitos tecnológicos y científicos son de distinta índole: cultural, social, económico… Y, desde luego, no son un tema baladí. Puedo asegurar, tal como he comprobado en los distintos países en los que he vivido, que todos ellos son factores que pueden condicionar en alto grado el papel y posicionamiento de la mujer en la sociedad.
La necesidad de romper la brecha
Por todo ello, nos encontramos hoy con la necesidad apremiante de cambiar esta situación que, lejos de lo que pueda parecer, no solo perjudica gravemente a las mujeres, sino a la sociedad en general. No debemos olvidar que un mundo verdaderamente sostenible debe basarse en la diversidad y en el valor que supone la aportación conjunta de hombres y mujeres.
En este punto, nos enfrentamos al enorme reto de atraer a las mujeres a las carreras STEM desde la infancia. Este es un objetivo que en compañías como Huawei tratamos de lograr a través de la puesta en marcha de distintos programas y actividades, como las englobadas en nuestra iniciativa Creando oportunidades a través de la educación, en la que colaboramos con la fundación Inspiring Girls para promover las carreras STEM, con proyectos entre los que se incluye el taller Chicas Robóticas, dirigido a niñas 10 a 12 años. Estoy especialmente orgullosa de haber contribuido también de manera reciente a la colaboración con Mobile World Capital Barcelona para impulsar un proyecto de reorientación profesional dirigido a personas en situación de vulnerabilidad, especialmente mujeres inmigrantes de distintas nacionalidades. Además, hace pocas semanas hemos anunciado nuestro programa El Futuro de las TIC Beca, a través del cual se otorgarán ayudas a 50 mujeres estudiantes para impulsar su talento y conocimientos dentro del ámbito STEM.
Tengo el convencimiento de que la desaparición de la brecha de género, en este y otros ámbitos, pasa por el impulso de una educación inclusiva y basada en la diversidad. Esto implica dar visibilidad entre las niñas a referentes femeninos en los campos tecnológicos y científicos, pero, sobre todo, romper con los estereotipos vinculados al género. Este es el caso de la idea preconcebida, y por desgracia fuertemente arraigada desde hace generaciones, de que existen carreras o áreas profesionales propias para chicos y otras para chicas. El resultado es que, de forma habitual, las mujeres descartan las ciencias y la tecnología como opciones profesionales, aunque no haya motivos objetivos para ello.
La desaparición de la brecha de género, en este y otros ámbitos, pasa por el impulso de una educación inclusiva y basada en la diversidad
Nuestras niñas y jóvenes tienen, como punto de partida, las mismas capacidades que sus compañeros para desarrollar su actividad en estos entornos. El valor que pueden aportar las mujeres es enorme y no podemos permitirnos el lujo de prescindir de él.
La realidad es que, si queremos lograr una España plenamente digital, tanto las administraciones públicas, las instituciones académicas y las empresas que operan en el sector tecnológico, deben plantearse, como una verdadera prioridad, la atracción de las niñas y jóvenes hacia las carreras STEM. Hoy, las mujeres tienen el futuro a su alcance. Solo necesitan el apoyo, la confianza y la motivación para alargar la mano y hacerlo suyo.
*Therese Jamaa es vicepresidenta de Huawei España.