El Balón de Oro de Alexia Putellas apremia a acelerar la respuesta a las reivindicaciones del fútbol femenino

Hace tres años, una huelga paralizó el fútbol femenino por completo y hoy vuelve a activarse la amenaza. En 2019 la movilización de las futbolistas logró la firma de un histórico convenio colectivo pero siguen siendo correosos los obstáculos para profesionalizar la Liga de fútbol femenino. Contrasta tanta cicatería con la noticia que llegó el pasado lunes desde París: a los 27 años, Alexia Putellas fue reconocida como la mejor jugadora de 2021 en la gala del Balón de Oro con una votación muy amplia a favor de la futbolista del Barcelona. El club ha invertido tiempo y dinero hasta alcanzar la cumbre con el triplete del año pasado —Liga, Copa y Champions—, de la misma manera que los méritos de la centrocampista son incuestionables desde que empezó a jugar al fútbol con siete años en Mollet del Vallès.

La evolución del fútbol femenino en este país se personifica en Alexia Putellas. Su voz es consecuente con su fútbol de jugadora generosa, al servicio del equipo, por una parte, como capitana, y por otra, también decisiva individualmente, la mejor en la cancha a la hora de marcar diferencias, como se ha visto en la selección y en el Barça. Es en sí misma un símbolo y es también ejemplo firme y convincente de profesionalidad después de años de promesas incumplidas, pendientes de las decisiones de la Administración y del Consejo Superior de Deportes. Las futbolistas han tenido que recurrir a la amenaza de una nueva huelga para instar a la firma de un convenio que no admite más demora y al inicio por fin de una Liga profesional. El Balón de Oro de Alexia Putellas debería acelerar un proceso que se ha estancado por los pleitos administrativos, los diferentes intereses de los clubes, sus muy distintas situaciones y, también, por el escepticismo que aún rodea al fútbol femenino.

Los tantos de la jugadora azulgrana son tan rutinarios como los triunfos de su equipo en una competencia por la que han tardado en apostar entidades con una mayor capacidad de inversión como sería el Madrid. No es culpa de la jugadora ni de su club que el litigio y la incertidumbre se centren exclusivamente en Europa y la Champions. La apuesta del Barça, reflejada en las cuatro jugadoras nominadas para el Balón de Oro, va más allá de la propaganda y de jugar en el estadio Johan Cruyff. Putellas y el Barça son hoy la bandera del fútbol femenino en España. La referencia parece esta vez mucho más sólida de la que en su día se ofreció cuando se llenaron algunos estadios para impactar a Europa. No hay mejor icono que esta gran deportista para impulsar las demandas justas y urgentes del fútbol femenino en España.

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