La escena se ha producido este martes a la entrada del evento organizado en el recinto ferial Ifema por la Confederación Empresarial de Madrid CEIM-CEOE. La vicepresidenta, al apercibirse de la situación, comunicó al presidente de la patronal madrileña, Miguel Garrido, que no saldría en la foto. Sí accedió a posar más tarde, con el propio Garrido, el director del Madrid Leaders Forum, Fernando Cueto, y la presencia de la secretaria general de la CEIM, Sara Molero.

La número dos del Gobierno tiene muy presente la promesa que realizó en febrero, cuando aseguró que nunca más aceptaría posar para fotografías en las que solo la acompañaran hombres. “No voy a volver a hacerme una foto en la que sea la única mujer. No voy a volver a participar en un debate en el que sea la única mujer. Tenemos que tomarnos este tema muy en serio. El riesgo que tenemos de involución, de perder el foco de uno de los vectores de modernidad de este país desde que llegó la democracia, es muy elevado. Y son muchos los eventos en los que soy la única mujer porque soy la ministra”, dijo entonces.

Hasta este martes no se había captado ninguna situación en la que ese compromiso obligara a cambiar el protocolo. Fuentes del Ministerio apuntan que se trata de un acto de “coherencia” por parte de Calviño para visibilizar la brecha de género que todavía persiste en muchos sectores. En declaraciones al programa Todo es mentira de Cuatro, Garrido, el responsable de los empresarios madrileños, se ha mostrado algo desconcertado por el gesto de la ministra. “La verdad es que no me lo esperaba”, ha reconocido. “Yo me hubiera hecho la foto con ella al principio y al final, a mí me da lo mismo, me parece que no es un tema importante, la verdad”, añadió.

Preguntado por la presencia femenina en la patronal CEIM, Garrido señaló que de las 10 vicepresidencias, solo 2 están ocupadas por mujeres, además de la secretaría general, pero restó importancia a esa disparidad. “Aquí somos todos muy liberales, que cada uno haga lo que quiera. Respeto que la vicepresidenta haga lo que quiera. En nuestro caso, en las organizaciones cada una elige a su presidente, y si el metal o el comercio eligen a un hombre o a una mujer, yo no puedo decidir sobre eso. No me parece un tema sinceramente de excesiva trascendencia”.

Fuente El País