Hoy es viernes. Y han premiado a una mujer: la grandísima Annie Ernaux
Debe ser la primera vez que hacemos algo parecido a acertar en la quiniela del Nobel de Literatura. Lo hemos comentado aquí durante toda la semana y en el grupo de WhatsApp de amigos muy lectores y compañeros del periódico: suena Annie Ernaux; queremos a Annie Ernaux. Y la francesa ha ganado. Es la decimoséptima mujer que lo logra.
Una alegría al tratarse de una mujer que ha roto moldes, que ha narrado con aparente sencillez, pero honda complejidad, las vicisitudes de su vida, que es como la de todas nosotras; que ha descrito la lucha por salir de una infancia de barrio y de provincias hacia el aprendizaje y la universidad; que ha trabajado por romper la inercia de maridos y parejas de izquierdas que mantenían las peores costumbres del machismo. Una de las creadoras de la autoficción. Que se ha atrevido con los tabúes más intocables como el aborto. También con el dolor, con la pasión, con la clase social.
Leer a Annie Ernaux es recorrer la vida de una mujer del último medio siglo en Francia (nuestro universo, al fin y al cabo) con toda la hondura más significativa y luminosa de su sencillez, con todos las tabúes que solemos callar, y con toda la complicación más aparentemente desnuda de complejidad. Y, aunque parezca paradójico, este es el milagro que ha sido posible en sus manos. Ernaux ha cosido a puntadas aparentemente simples, pero altamente elaboradas, con una sofisticada llaneza y un aparente simplismo, nuestras vidas comunes. Aquí podéis leer la crónica de Álex Vicente y Marc Bassets y aquí una guía de lectura que hemos improvisado rápidamente Javier Rodríguez Marcos y servidora.
Enhorabuena.
Debe ser la primera vez que hacemos algo parecido a acertar en la quiniela del Nobel de Literatura. Lo hemos comentado aquí durante toda la semana y en el grupo de WhatsApp de amigos muy lectores y compañeros del periódico: suena Annie Ernaux; queremos a Annie Ernaux. Y la francesa ha ganado. Es la decimoséptima mujer que lo logra.
Una alegría al tratarse de una mujer que ha roto moldes, que ha narrado con aparente sencillez, pero honda complejidad, las vicisitudes de su vida, que es como la de todas nosotras; que ha descrito la lucha por salir de una infancia de barrio y de provincias hacia el aprendizaje y la universidad; que ha trabajado por romper la inercia de maridos y parejas de izquierdas que mantenían las peores costumbres del machismo. Una de las creadoras de la autoficción. Que se ha atrevido con los tabúes más intocables como el aborto. También con el dolor, con la pasión, con la clase social.
Leer a Annie Ernaux es recorrer la vida de una mujer del último medio siglo en Francia (nuestro universo, al fin y al cabo) con toda la hondura más significativa y luminosa de su sencillez, con todos las tabúes que solemos callar, y con toda la complicación más aparentemente desnuda de complejidad. Y, aunque parezca paradójico, este es el milagro que ha sido posible en sus manos. Ernaux ha cosido a puntadas aparentemente simples, pero altamente elaboradas, con una sofisticada llaneza y un aparente simplismo, nuestras vidas comunes. Aquí podéis leer la crónica de Álex Vicente y Marc Bassets y aquí una guía de lectura que hemos improvisado rápidamente Javier Rodríguez Marcos y servidora.
Enhorabuena.
La escritora francesa Annie Ernaux gana el Premio Nobel de Literatura 2022
La Academia Sueca concede el máximo galardón literario a uno de los grandes exponentes de la autoficción europea, autora de una obra situada entre la narrativa y la sociología, el feminismo y el compromiso social
