Epílogo: «El año 2020 se irá, grabado en nuestra memoria, como el año de la crisis sanitaria más grave desde hace un siglo. Como se ha dicho con razón, la pandemia ha agudizado las desigualdades preexistentes en el mundo, intensificando la debilidad de los ciudadanos más vulnerables. La mujer ha visto agravada la desigualdad económica y social frente al hombre padecida antes de la crisis (The impact of COVID 19 on women, ONU, Abril 2020).   

El año 2020 cargado de expectativas, al cumplirse 25 años de progreso y promesas en los derechos de las mujeres, y conmemorarse por la comunidad internacional el vigésimo quinto aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing del año 1995, se ha visto truncado por necesidades más urgentes. Asimismo, en el año 2020 se celebraban cinco años de Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo avance, sin duda, se verá condicionado. 

El año 2020 ha dejado de ser un año crucial para acelerar la realización de la igualdad de género, al devenir en un momento histórico único y trágico, en el que lo que está en juego, no es el progreso, sino el «retroceso» de las políticas la igualdad. Ahora bien, dicho futuro reto no empañara que la crisis sanitaria ha puesto en valor el trabajo de cuidados como en ninguna otra secuencia histórica, y ha atribuido al domicilio y al hogar unas connotaciones laborales inexistentes hasta la fecha. Ambos tradicionalmente pertenecientes al universo femenino, estamos convencidos que su visión deberá ser reescrita a partir de la pandemia.