El Premio Wolf de Matemáticas 2023 se ha concedido a la matemática Ingrid Daubechies, profesora de la Universidad de Duke (EE.UU.), por sus trabajos en teoría de ondículas y análisis armónico aplicado. Daubechies se convierte en la primera mujer que recibe este galardón.
El Premio lo concede la Fundación Wolf, a destacados científicos y artistas de todo el mundo (independientemente de su nacionalidad, raza, color, religión, sexo u opiniones políticas) “por sus logros en interés de la humanidad y las relaciones amistosas entre los pueblos.” El fundador de la Fundación, en 1975, fue Ricardo Wolf, un inventor cubano judío de origen alemán, diplomático, filántropo y ex embajador de Cuba en Israel.
Hay cinco categorías científicas: Medicina, Agricultura, Matemáticas, Química y Física, y una artística, que rota entre arquitectura, música, pintura y escultura. Los galardonados son seleccionados por comités de jurados internacionales compuestos por profesionales de renombre mundial. El premio para cada especialidad consiste en un certificado y una dotación económica de 100.000 dólares.
Ingrid Daubechies hace el número 66 entre los premiados, desde que se instauró el premio en 1978, todos ellos grandes figuras de las matemáticas, pero hasta ahora ninguna mujer había sido galardonada.
Ingrid Daubechies es de origen belga, que se licenció en Física en la Universidad Libre de Bruselas en 1975, donde también obtuvo su doctorado en esa materia en 1980 con una memoria titulada Representación de operadores de mecánica cuántica mediante núcleos en espacios de Hilbert de funciones analíticas, dirigida por Jean Reignier y Alexander Grossmann.
En la amplia biografía que se puede encontrar en MacTutor me gustaría recordar estas frases en la que recuerda su niñez, porque reflejan muy bien su fascinación por la geometría y los números:
“Cuando tenía ocho o nueve años, lo que más me gustaba cuando jugaba con mis muñecas era coserles ropa. Me gustaba intentar hacer patrones que les quedaran bien; me fascinaba que juntando trozos planos de tela se pudiera hacer algo que no fuera plano en absoluto, sino que siguiera superficies curvas. Por la misma época, cuando no podía conciliar el sueño por las noches, me ponía a calcular mentalmente las potencias de dos: 1, 2, 4, 8, 16, … (multiplicando por 2 cada vez). Los números se hacían muy grandes muy rápidamente, pero yo seguía así un buen rato. Era fascinante, de nuevo, ver lo rápido que crecían estos números.”
Esta otra frase enlaza muy bien con lo que desde este blog hemos comentado tantas veces sobre lo que es un matemático:
“Incluso como física, mi trabajo era muy teórico, muy matemático. Empecé a interesarme por las aplicaciones de las matemáticas fuera de la física (sobre todo en ingeniería), y por eso ahora se me considera una matemática.”
Ingrid Daubechies se trasladó desde Bélgica a Estados Unidos, donde ha sido profesora en Princeton y ahora en Duke. La cantidad y calidad de distinciones que ha recibido a lo largo de su carrera es enorme y puede verse en la página citada de Mactutor.
La Fundación Wolf señala que “Ingrid Daubechies recibe el Premio Wolf por su trabajo en la creación y desarrollo de la teoría de las ondículas. Su descubrimiento de las ondículas suaves con soporte compacto y el desarrollo de las ondículas biortogonales transformaron el tratamiento y filtrado de imágenes y señales. Su trabajo es de enorme importancia para la compresión de imágenes, la imagen médica, la teledetección y la fotografía digital. Daubechies también ha contribuido sin parangón al desarrollo de aplicaciones del análisis armónico en el mundo real, introduciendo sofisticadas técnicas de procesamiento de imágenes en campos que van desde el arte a la biología evolutiva y más allá.”
He tenido la oportunidad de trabajar cuatro años con Ingrid Daubechies como miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Matemática Internacional (IMU), cuando ella fue elegida presidenta de 2011 a 2014. Puedo dar testimonio de su energía, su firmeza en la defensa de las mujeres matemáticas, y su compromiso en general con la comunidad matemática. En 2012 tuve el honor de proponerla en nombre del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) para los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas y fue la primera mujer galardonada. O el Premio Princesa de Asturias, concedido a Yves Meyer, Ingrid Daubechies, Terence Tao y Emmanuel Candès.