Claudia Goldin y un amplio grupo de prestigiosos economistas, como Dani Rodrik, han suscrito una carta contra el nombramiento del nuevo director de un prestigioso instituto sobre economía laboral
— El ‘Se acabó’ multiplicó las solicitudes de información sobre acoso sexual en el trabajo
Una especie de ‘Se acabó’ sin precedentes en el ámbito de la investigación económica lleva fraguándose varios días. Más de 600 economistas (hasta las 20:00 de este miércoles), muchos profesionales de reconocido prestigio en la academia, como la premio Nobel de Economía 2023, Claudia Goldin, han suscrito una carta contra el ascenso de un investigado por acoso sexual y abuso de poder, Armin Falk. Un instituto alemán especializado en economía laboral con gran relevancia a nivel internacional, el IZA (Institute of Labor Economics), anunció la semana pasada que lo pondrá al frente del organismo.
La carta, que aún estaba sumando firmas este miércoles, recoge más de 615 nombres entre los que se sitúan figuras de gran prestigio en la investigación y academia económica. Desde la Nobel Claudia Goldin a Dani Rodrik (profesor de Hardvard), Richard Blundell (University College London), Michele Belot (profesora en la Universidad de Cornell y antigua Presidente de la Asociación Europea de Economistas Laborales) y también nombres de la academia española, como Libertad González (profesora en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona) y Juan F. Jimeno (Banco de España), entre otros muchos.
Investigación de acoso y muerte de la denunciante
Armin Falk fue acusado públicamente en 2022 por una investigadora, Nora Szech, de acoso sexual y abuso de poder. La denuncia se saldó de inicio con una reacción del instituto Briq, con Falk al frente, “muy mala”, explica una de las economistas firmantes: “Negando todo, diciendo que eran acusaciones infundadas, que como siguiera así denunciarían por difamación a la presunta víctima”.
Tras las quejas de muchos investigadores e investigadoras por la reacción del instituto, el instituto Briq encargó una investigación de lo sucedido, que concluyó que las acusaciones “no fueron confirmadas” y volvió a poner en su puesto a Falk, que había estado de “excedencia temporal, acordada de mutuo acuerdo” durante el proceso, según el comunicado que emitió el instituto en marzo de este año. Meses después, Nora Szech “se suicidó”, señalan varias personas firmantes de la carta a este medio.
La misiva de los economistas, dirigida a la Fundación Deutsche Post y al Rectorado de la Universidad de Bonn, en la que trabaja Armin Falk, destaca que el investigador elegido para el ascenso al frente de esta célebre institución laboral ha estado “en el centro de graves acusaciones de mala conducta sexual y abuso de poder el año pasado” y reconocen preocupación por “el proceso a través del cual se gestionó el caso”.
La carta recoge que se llevó a cabo una investigación y que no concluyó la existencia de culpabilidad por parte de Falk, por lo que opta por no pronunciarse sobre las acusaciones. Sin embargo, los firmantes denuncian que “la respuesta inicial del Briq” bajo la dirección del profesor Falk fue “profundamente ofensiva e irresponsable” y recuerdan que la denunciante falleció recientemente. “Una muerte que nos ha conmocionado a muchos”, subrayan.
“En este contexto, el nombramiento del profesor Falk al frente de IZA es insensible e inapropiado”, concluyen los economistas, que consideran que la respuesta del investigador ante las acusaciones de acoso sexual le hicieron perder la estima de sus colegas “y debería descalificarlo de un puesto de poder y confianza”.
Fuentes del IZA apuntan que no pueden responder preguntas en estos momentos, “a la espera de una reacción de la Fundación Deutsche Post”.
Aviso de dimisiones masivas
Los académicos señalan al IZA por su elección de Falk para la dirección del organismo, que consideran que “envía una señal insensible y retrógrada a la profesión” y que, de constatarse, supondría “un humillante paso atrás”. Por ello, los firmantes piden al IZA que reconsidere el nombramiento de Falk o, de lo contrario, anuncian la renuncia masiva de sus afiliaciones y la red de miembros del instituto partir del 1 de enero de 2024.
La investigadora Libertad González explica su adhesión a este movimiento de firmas con el objetivo de “cuestionar la elección de esta persona” tras las duras acusaciones en su contra y la muerte de la denunciante. “En el último año en el ámbito económico mucha gente ha estado denunciando estas situaciones de acoso y abuso de poder y este ha sido uno de los casos más sonados. ¿De verdad no había otra persona?”, lamenta la profesora, que teme el mensaje que pueda mandar este nombramiento y la “insensibilidad” de la decisión.
La profesora Lídia Farré, profesora de Economía en la Universidad de Barcelona, considera que “la reacción ha sido una señal, una manera de unir fuerzas, para decir que este tipo de conductas no son toleradas en la profesión”. Farré reconoce sus dudas a la hora de firmar el documento, como otros profesionales contactados por este medio, por temor a la repercusión profesional en sus carreras.
El IZA es un instituto con mucho prestigio y que ofrece a los investigadores una gran ventana para publicar sus artículos, conocer a otros colegas y acceder a formación de gran nivel en materia laboral. “En este último año solo había unos 30 economistas españoles en la red del IZA, es un plus en tu currículum, que para departamentos más pequeños como el mío es muy importante y da una difusión muy importante a nuestra investigación”, explica también Sara Ayllón, profesora de Economía en la Universidad de Girona, otra de las firmantes.
“Una institución de esta índole tiene que crear un entorno inclusivo, seguro y ameno para todos y en este caso para las mujeres. Esto es incompatible con el nombramiento del nuevo director por su reacción lamentable como director de otro instituto hermano de IZA, que lideró él mismo, ante una acusación de abusos. Fue absuelto en un proceso poco transparente y sin las garantías necesarias. Esto de por sí le invalida”, considera Marcel Jansen, investigador de Fedea y también adherido a la misiva.
Pese a los miedos, las firmas fueron multiplicándose y se empezaron a “aparecer grandes nombres”. González explica que había compañeros y compañeras que destacaban la necesidad de que personas de elevado reconocimiento, con antigüedad en la profesión, se pronunciaran. Y empezó a pasar, con la adhesión de economistas sénior de gran relevancia. La firma de la premio Nobel, Claudia Goldin, especialista en estudios de género, fue para muchas personas el empujón definitivo.
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“Que haya grandes nombres de la profesión en la carta pone de manifiesto lo importante que es este hecho y da credibilidad a este movimiento”, considera Farré, que destaca la importancia de que haya mujeres al frente de instituciones de prestigio y potentes equipos de investigación, que en este caso han empujado a la movilización de la comunidad académica. La profesora también celebra el paso de muchos investigadores junior, para los que el IZA es un trampolín muy importante en el inicio de sus carreras.
“Creo que esto ha pillado a las mujeres economistas un poco cansadas, por todas las dificultades que nos vamos encontrando por el camino. Esto es una más, y puede ser que haya colmado el vaso”, considera también otra investigadora.