La inteligencia artificial (IA) afectará al 40% de los empleos en todo el mundo y amenaza con agravar la desigualdad. Así lo asegura el último análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), que llama a reforzar la seguridad social para amortiguar el impacto de la tecnología en los trabajadores más vulnerables.

La Inteligencia Artificial (IA) tiene el potencial de remodelar la economía mundial, especialmente en el ámbito de los mercados laborales. Las economías avanzadas experimentarán los beneficios y los inconvenientes de la IA antes que las economías de mercados emergentes y en desarrollo, en gran parte debido a su estructura de empleo centrada en funciones cognitivas intensivas. Existen algunos patrones consistentes con respecto a la exposición a la IA, con las mujeres y las personas con educación universitaria más expuestas, pero también mejor preparadas para cosechar los beneficios de la IA, y los trabajadores mayores pes fuerte, mientras que los rendimientos del capital aumentarán la desigualdad de la riqueza. Sin embargo, si los aumentos de productividad son lo suficientemente grandes, los niveles de ingresos podrían aumentar para la mayoría de los trabajadores. En este panorama cambiante, las economías avanzadas y los mercados emergentes más desarrollados deben centrarse en mejorar los marcos regulatorios y apoyar la reasignación de mano de obra, protegiendo al mismo tiempo a los afectados negativamente. Las economías de mercados emergentes y en desarrollo deben dar prioridad al desarrollo de la infraestructura digital y las habilidades digitales.

FUENTE: Gen-AI: Artificial Intelligence and the Future of Work (imf.org)