La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha abierto una nueva etapa en el sector legal. Ya no se trata de especular sobre el impacto de esta tecnología, sino de gestionarlo con rigor, visión estratégica y responsabilidad. Y en ese proceso son cada vez más las mujeres juristas que, además de participar en esta transformación, la lideran desde posiciones clave. Sara Molina, Rosario Baquero, Cristina Retana y Beatriz Rodríguez son ejemplo de ello. Las cuatro participan este miércoles en el evento Mujeres por Derecho, organizado por la Fundación Aranzadi LA LEY, donde compartirán su experiencia en una mesa centrada en el papel de las mujeres juristas en la era de la IA.
Cada una tiene un perfil distinto, pero todas ellas coinciden en una misma convicción: la integración de la inteligencia artificial en el sector jurídico exige combinar innovación y gobernanza, así como criterio jurídico y comprensión tecnológica. Sara Molina, socia responsable del área de legaltech, innovación y transformación de la función legal de Pérez-Llorca; Rosario Baquero, directora del Centro de Innovación Legal de Iberdrola (Lince) y responsable de servicios jurídicos, finanzas, administración y control de la compañía; Cristina Retana, directora de contenidos e innovación de Aranzadi LA LEY, y Beatriz Rodríguez, socia del área de protección de datos, ciberseguridad y tecnología de Roca Junyent, están marcando el paso desde sus organizaciones, con proyectos que van desde la gobernanza corporativa de la IA hasta el desarrollo de herramientas con lenguaje jurídico natural. Estas cuatro voces entrevistadas por CincoDías reflejan cómo el liderazgo femenino está cada vez más presente en la transformación tecnológica del sector legal.
Eugenia Navarro, socia fundadora de LOIS (Legal Operations Institute Studies) y analista del sector legal, está convencida de que “las mujeres juristas están llamadas a jugar un papel clave en la gobernanza de tecnologías como la inteligencia artificial, aportando una mirada integradora, ética y con fuerte orientación al impacto”. Sin embargo, a pesar del avance, Navarro cree que persisten barreras estructurales que frenan una presencia femenina sostenida en posiciones de liderazgo. “No es falta de talento, sino de estructuras que acompañen. Hay que invertir en su liderazgo, darles visibilidad e integrarlas en proyectos de alto impacto”, reclama.
La experta añade que muchas veces “se promueve a mujeres a roles intermedios, pero no se les asignan funciones transformadoras”, lo que limita su influencia real. Para ella, cambiar esa lógica requiere voluntad institucional y un compromiso claro con la igualdad de oportunidades en los espacios de decisión.
Y es que son muchos los desafíos que supone la integración de la IA en el sector legal. Uno de los más importantes, según Navarro, es garantizar que se desarrolle desde marcos jurídicos sólidos y con conocimiento de los riesgos que plantea. “Los juristas deben entender y anticipar los límites”, advierte. Por ello, insiste, “es clave empezar a formar desde ya a los perfiles más jóvenes”.
Sara Molina (Pérez-Llorca)

“La clave ha sido entender la IA no como una herramienta aislada, sino como una palanca de transformación.” Así resume Sara Molina, socia responsable del área de legaltech, innovación y transformación de la función legal de Pérez-Llorca, el impacto de la IA. La integración de esta tecnología, dice, ha exigido una mirada estratégica y transversal. Bajo su impulso, la firma ha apostado por equipos multidisciplinares, gobernanza tecnológica y una cultura colaborativa que conecta innovación y negocio jurídico.
Los resultados ya son visibles. Desde el análisis automatizado de jurisprudencia hasta la redacción de cláusulas contractuales, la IA está modificando la forma de pensar y de trabajar. “Nos está ayudando a repensar cómo analizamos, redactamos o asesoramos”, afirma. Sin embargo, el despliegue real va más allá de la tecnología y requiere superar barreras como la resistencia al cambio o la necesidad de confianza en los outputs. “Promovemos la trazabilidad, el control humano, la supervisión continua y la evaluación de sesgos”, asegura. Por ello, han establecido principios internos de uso responsable y formación continua.
Molina defiende que el jurista no será sustituido por la IA, pero sí transformado. Liderar esta transición exigirá pensamiento crítico, comprensión tecnológica básica y capacidad para colaborar con perfiles técnicos. Como mujer en un entorno técnico, admite que “romper moldes” ha sido parte del camino, pero también una forma de abrir espacio para otras. “Necesitamos seguir visibilizando, conectando y generando oportunidades para que ese talento lidere”, concluye Molina, que insiste a las más jóvenes en que no están solas.
Rosario Baquero (Iberdrola)
“La clave ha sido partir de un modelo sólido de gobernanza para un uso ético de la IA”
Para Rosario Baquero, directora del Centro de Innovación Legal de Iberdrola (Lince), la integración de la inteligencia artificial en el área legal no ha sido cuestión de tecnología, sino de método. “La clave ha sido partir de un modelo sólido de gobernanza de la IA”, comenta. Este modelo se basa en políticas aprobadas por el consejo de administración, comités de seguimiento y un compromiso con los principios éticos del sistema de gobernanza y sostenibilidad de la compañía.
La IA generativa, explica Baquero, forma parte de un proceso más amplio de transformación digital del área legal. “La digitalización de los procesos internos ha permitido hacer que las funciones clave de la asesoría jurídica sean más eficientes y posibiliten un trabajo más colaborativo con las demás áreas de la compañía”, indica. Entre los proyectos impulsados, Baquero menciona la búsqueda inteligente de entre los cerca de 30.000 contratos firmados anualmente, la creación de borradores sobre precedentes o la monitorización de riesgos legales. Todo ello con una visión proactiva del rol del abogado: “Ya no es una persona reactiva que trabaja a demanda, sino que se involucra en el negocio y participa en la toma de decisiones estratégicas”.
En su opinión, lo tecnológico ha dejado de ser un entorno masculino, ya que cada vez más mujeres dirigen iniciativas en esta esfera. “Lo importante para liderar proyectos en el ámbito tecnológico solo depende de las habilidades técnicas, interpersonales y estratégicas de cada persona y nada tiene que ver con su género”, valora.
Cristina Retana (Aranzadi LA LEY)

Cristina Retana, directora de contenidos e innovación de Aranzadi La Ley, defiende una visión rigurosa y especializada del uso de la inteligencia artificial en el ámbito jurídico. En la compañía han aplicado distintas tecnologías –desde machine learning hasta IA generativa– siempre con un enfoque multidisciplinar. Equipos técnicos y abogados colaboran para diseñar soluciones ajustadas a los casos de uso del profesional jurídico. “Nuestra extensa base de datos de conocimiento jurídico permanentemente actualizada es el corazón de nuestras soluciones de IA”, recalca. Para ello, señala, también es necesaria la proximidad con el cliente en todo el proceso: desde el diseño hasta la validación.
En su opinión, la integración de la IA aún está en curso y aunque las expectativas han sido muy altas, ahora se empieza a entender mejor su alcance y límites reales. Retana ve más atractivas para los juristas soluciones diseñadas para el ámbito legal que los modelos generalistas, y cree que los casos de uso más prometedores son la revisión documental, la extracción de información, la sintetización de puntos clave y la generación de borradores, aunque insiste en que “la supervisión del jurista sigue siendo vital”.
Retana advierte del riesgo de una alta dependencia de la inteligencia artificial en actividades cotidianas como la redacción o la argumentación y recuerda que los profesionales deben mantener la mente abierta, formarse y discernir cuándo la IA aporta y cuándo no. Asimismo, añade que “la tecnología no distingue géneros y que la diversidad es el motor de la innovación”.
Beatriz Rodríguez Gómez (RocaJunyent)

En RocaJunyent, la integración de la inteligencia artificial ha venido como un elemento más dentro de la estrategia de transformación digital y de apuesta por la innovación de la firma. Así lo explica Beatriz Rodríguez, socia del área de protección de datos, ciberseguridad y tecnología del despacho.
Entre los avances que ha supuesto la IA en la actividad del bufete, Rodríguez subraya que les ha ayudado a avanzar más rápidamente hacia una cultura digital, ha reducido barreras de mejora en el uso tecnológico y facilitado y simplificado procesos. Entre ellos, destaca la generación de texto automatizado, como borradores contractuales o comunicaciones internas, aunque, avisa, siempre bajo supervisión humana.
En este punto, Rodríguez pone el foco en la gobernanza y, por ello, han desarrollado políticas de uso de la inteligencia artificial, tanto a nivel interno como en relación con los clientes.
La formación, la deontología y una mayor capacidad profesional son los tres pilares que, en su opinión, regirán la profesión jurídica con la extensión de la IA. “Al final tener un asistente que redacta o resume mejor, o que busca más rápido, hace que haya una necesidad clara de exigirnos más”.
Como mujer jurista en un entorno técnico, valora el crecimiento de referentes y redes colaborativas. “El liderazgo femenino aporta perspectivas complementarias y enriquece los proyectos”. Por ello, a las jóvenes juristas les lanza un mensaje esperanzador: “Trabaja duro, fija tus objetivos, vuélvete necesaria, y podrás llegar donde quieras”.
Fuente: Irene Ruiz de Valbuena Cinco Días
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