Sharon Kasoka muestra una de las piedras extraídas en la mina Zimbaqua, en el distrito de Karoi, en el norte de Zimbabue, en mayo de 2021.

Sharon Kasoka muestra una de las piedras extraídas en la mina Zimbaqua, en el distrito de Karoi, en el norte de Zimbabue, en mayo de 2021.© Cedido por Zimbaqua (EL PAÍS)

En la mina la conexión a internet es, en el mejor de los casos, inestable. Así que Rumbidzai Gwinji, directora de la empresa minera Zimbaqua, recurre a notas de voz para contar cómo trabajar en este sector, le ha servido para darse cuenta de que “el empoderamiento de las mujeres es posible, especialmente en el África rural”. En esta explotación a cielo abierto en el distrito de Karoi, en el norte de Zimbabue, más de 30 mujeres abren el suelo en busca de aguamarinas y encuentran en su empleo independencia y autoridad.

“Trabajar aquí ha marcado una gran diferencia en la vida de estas mujeres”, dice Gwinji. “Ahora tienen estabilidad en términos financieros. Eso significa que han mejorado sus vidas y las de sus hijos y familias”. Y no se trata únicamente de una cuestión económica: “Sus opiniones ahora son vistas como importantes, especialmente entre sus parientes, porque ahora han demostrado que pueden hacer mucho más de lo que hacían antes”.

El equipo de Zimbaqua está formado íntegramente por mujeres como Tapiwa, madre soltera en la veintena que comenzó a sufrir maltrato cuando su marido se casó por segunda vez. O como Esther, que es la única que lleva dinero a casa, o Rutendo, que se hizo cargo de sacar a la familia adelante cuando su hasta entonces esposo los abandonó.

Las mujeres están, siempre están, pero la sociedad no quiere verlas. En Zimbabue, donde suponen más de la mitad de la población y viven principalmente en áreas rurales, son ellas las que llevan el mayor peso del trabajo agrario, pero lo hacen de manera informal y mal pagadas. Tampoco son ajenas al mundo de la minería: de acuerdo con el Centro Africano de Desarrollo de Minerales, entre el 40% y el 50% de la minería a pequeña escala y artesanal del continente pasa por sus manos. Sin olvidar que sobre ellas recae el peso del hogar y el cuidado de la familia.

El equipo de Zimbaqua, compuesto únicamente por mujeres, posa en una mina a cielo abierto de aguamarinas en el norte de Zimbabue, al sur del continente Africano, el pasado mayo de 2021.Fuente El País